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Ya en septiembre, se creó una Asociación de Propietarios. Su primer Presidente fue D. José Santa Illa  (q.e.d.), hombre serio, eficiente e inteligente, esté donde esté, gracias.

Al ser una asociación con carácter de voluntariedad, se iniciaron los trámites para recaudar fondos y así hacer frente a las numerosas deudas, ya que, sólo en electricidad, se debía a Unión Fenosa 15.000.000,- Ptas.

La Junta Directiva no podía hacer frente a los pagos en concepto de nóminas. Los nuevos asociados se sumaban a sufragar los gastos, pero era insuficiente: el número de deudas aumentaba; pero los meses vencían y los gastos eran superiores a los ingresos. El personal, que realizaba las labores de mantenimiento, cobraba cuando podía: todos demostraron una gran buena voluntad y desplegaron grandes esfuerzos con miras a solucionar esta situación.

D. José Santa tuvo que avalar, con su patrimonio, operaciones comerciales en más de una ocasión, gracias Sr. Santa.

Poco a poco, se fueron atendiendo los pagos, se liquidaron las deudas con todos los proveedores: se salvó una situación muy difícil.

La adquisición de nuevos terrenos en la zona del Villar del Olmo y Olmeda de las Fuentes hicieron que mejorara el abastecimiento de agua.

Cogió el relevo D Pedro Pardillo Larena, abogado, quien puso su despacho profesional de forma altruista al servicio de la Asociación. Con él y otros profesionales, que le acompañaron en una tarea difícil y poco o nada agradecida, las reuniones maratonianas se sucedían, no sólo los sábados en Eurovillas, sino también en Madrid,  con una participación activa de todos; cuando se produjo la suspensión de pagos de las empresas promotoras, el Sr. Pardillo defendió los intereses de los propietarios y se legalizaron numerosos contratos privados por Escrituras.

Se inició entonces el proceso de creación de una Comunidad de Propietarios, que por falta de quórum y motivos varios, no se pudo llevar a cabo.

Le sucedió en el cargo D. Ricardo Rodríguez Muro (q.e.d.) Ingeniero Naval y Catedrático de la Facultad de Ingenieros Navales. Por sus conocimientos y formación, enseguida se colocó al frente de los problemas técnicos solucionandolos uno tras otro.

Eran tales las carencias de aquellos momentos que la Asociación realizaba el reparto domiciliario de Gas Butano.

A lo largo de su mandato, se levantaron planos de todos los servicios de la Urbanización.

Se instalaron barreras automáticas en las entradas de la Urbanización, pero el coste de su mantenimiento fue demasiado elevado ocasionado por las roturas, que diariamente, sucedían, por parte de quienes supuestamente no tenían las tarjetas magnéticas de apertura.

Se llegaron a formalizar acuerdos con la compañía suministradora de electricidad, Unión Fenosa, para el soterramiento de la red de media tensión.

En aquellos tiempos, la recogida de basura domiciliaria la realizaba D. Brígido Gascueña con tractor y remolque.

Es curioso recordar que no existía la entrega del correo a domicilio, y las cartas eran entregadas en la oficina y el personal las colocaba en unos casilleros donde los vecinos posteriormente las recogían. ¡Que tiempos aquellos!

Cuando no existía teléfono en las casas, y el único estaba en la oficina de la Asociación de Propietarios, sita en el Bungalow nº 211 y 212, los avisos eran recogidos allí mismo. Existía un contacto permanente con todos los vecinos.

Hasta algunos propietarios tenían Walkie-Talkie para comunicarse con los empleados de esa Asociación.

D. Ricardo Rodríguez Muro entregó el relevo a D. Agustín Caro, Abogado de profesión, que prosiguió con los proyectos iniciados por el Sr. Rodríguez Muro. Su mandato no fue muy extenso en el tiempo, ya que sus obligaciones profesionales se lo impidieron, pero ejerció una labor encomiable.

Más adelante, se hizo cargo de la Asociación de Propietarios, D. José Domínguez Alba, propulsor de lo que es ahora la Entidad Urbanística Colaboradora de Conservación de Eurovillas.

A las todas personas, que trabajaron desinteresadamente en las diferentes Juntas Directivas que pasaron por la Asociación de Propietarios, a todos sin excepción, debemos reconocerles sus esfuerzos y desde estas líneas queremos darles nuestras más sinceras gracias.